3.10. Caso de estudio: Horizon, de Playmodes
3.10.1. Preproyecto
Fijémonos ahora en un estudio de caso detallado: un proyecto real realizado en 2021 por el estudio Playmodes a partir de un encargo del festival LlumBCN.
Playmodes nos ha facilitado la documentación necesaria del proyecto Horizon y nos ha detallado el proceso de trabajo. Gracias a ello, este ejemplo nos puede servir como plantilla de cara a elaborar nuestros propios documentos de propuestas para festivales, y nos ofrece un ejemplo de proceso completo de creación, desde la preproducción hasta la implantación técnica y la creatividad.
El preproyecto es la fase inicial de la producción de una instalación. Es, seguramente, la fase más importante de todo el proceso de detalle, ya que es el momento a partir del cual se decide la naturaleza del proyecto, su emplazamiento y los recursos técnicos y económicos necesarios.
Encargo
La creación de una instalación tiene siempre como punto de partida el encargo recibido desde una institución, un festival, un museo… para que exhibamos una pieza ya existente o para que creemos una nueva. El encargo puede ser también un autoencargo: una obra que creamos por iniciativa personal y que financiamos nosotros.
Los encargos no caen maravillosamente del cielo, y son fruto de la construcción de un cierto prestigio en la escena artística, o bien de la tozudez en entrevistas personales con directores y comisarios, presentándolos y proponiéndolos obras propias.
En el caso del encargo de LlumBCN, en el mes de junio de 2021 Playmodes recibe un encargo de la dirección artística del festival con el fin de crear una nueva instalación que se exhibirá en el mes de noviembre de 2021. El festival propone un espacio urbano concreto, y pide a los artistas que lo transformen a partir del uso de la luz.
Visita técnica
El primer paso, una vez recibido el encargo, es vivir el espacio en persona. Si esto no es posible, se pueden pedir fotografías y planos a los agentes organizadores de la exhibición. Pero, si existe la posibilidad, vale la pena transitar con el propio cuerpo por los espacios y analizar su contexto y su historia. ¡Quizás los usos habituales o históricos del espacio son un desencadenante para un concepto artístico!
En el caso de la obra de Playmodes, se realizó una visita técnica al espacio durante el verano de 2021. En la visita técnica, se tomaron medidas y se habló con los responsables del espacio: un parking de autobuses que había sido históricamente un espacio de almacenamiento de tranvías de Barcelona.
Esta visita técnica fue crucial para determinar la naturaleza conceptual de la obra, ya que las características formales y los usos del espacio convergieron en un concepto artístico claro: un estudio sobre la perspectiva y el movimiento.
Concepto
Una vez estudiado el emplazamiento, hay que construir un concepto que dialogue con el espacio, si es que estamos hablando de una nueva creación site-specific. Habrá ocasiones en las que este diálogo específico no será necesario, pues la obra será «agnóstica» respecto a su contenedor. No obstante, siempre es interesante relacionarse con la arquitectura y nunca está de más adaptar nuestras obras existentes a formatos que se avengan con sus contenedores arquitectónicos.
Así pues, hay que construir un concepto artístico. Una idea que podamos desplegar en el espacio y que reflexione sobre cuestiones formales, conceptuales, filosóficas, políticas o medioambientales y las explore. Este concepto debe quedar fijado en un artist statement, un texto breve que contextualice nuestra idea a partir de conceptos, referencias e inspiraciones claras. Debe ser un texto descriptivo, pero también sugerente, que permita a los comisarios de la exhibición entender cuáles son los marcos conceptual, formal y teórico de la obra que vamos a presentar. Debemos procurar no caer en el error –desafortunadamente común– de redactar textos crípticos y repletos de palabras cultas, que acaban siendo pretenciosos y poco descriptivos. Abracemos la poesía y la metáfora, por supuesto, pero sin perder de vista la inteligibilidad y la claridad en la redacción.
En el caso del proyecto de Playmodes a LlumBCN, como decíamos, la conceptualización fundamental quedó fijada ya durante la visita técnica. A partir de la idea inicial de un estudio sobre la perspectiva y el movimiento, se decidió profundizar en este concepto mediante esbozos, conversaciones y lluvias de ideas colectivas. Finalmente, se decidió crear un trompe-l’oeil de luz digital, extendiendo los límites físicos del espacio real mediante la luz. Un conjunto de luces iluminarían el espacio físico, y esta iluminación se extendería más allá de la realidad dentro de una pantalla de grandes dimensiones que extendería el punto de fuga dentro de un espacio virtual. A la pieza la llamarían Horizon, haciendo referencia a esta línea imaginaria en la que termina nuestro campo visual.
«The horizon is an imaginary line that separates sky and earth when we look at them from afar. But beyond its spatial definition, the horizon is also understood as the set of possibilities or perspectives that something offers. “Horizon” is an immersive installation that plays with the limits of spatial perception and raises a magical window that extends apparent reality. Light, sound, space and perspective come together in this imaginary vanishing point and propose a journey beyond the limits of physical reality.»
Previsión técnica
Con el fin de concretar los recursos económicos y humanos necesarios para llevar a cabo una instalación audiovisual, es necesario hacer una previsión de los materiales indispensables para su construcción. Dependiendo de la naturaleza de la instalación, estos materiales incluirán proyectores, altavoces, luminarias, elementos de arquitectura efímera, atrezo…
A pesar de que aún no hayamos definido todos los detalles, es importante que seamos capaces de inventariar a grandes rasgos cuántos materiales necesitaremos y cómo los ubicaremos en el espacio. Esto nos ayudará a determinar tanto la complejidad técnica del proyecto, como los recursos humanos y económicos necesarios. No olvidemos que, en esta fase, habrá que proveer a los organizadores o comisarios con una horquilla presupuestaria.
En esta fase, Playmodes creó un plano esquemático en el que se ubicaban los diferentes materiales, configurando el espacio y los puntos de visualización, y definiendo el inventario aproximado de materiales.
Simulación
Si disponemos de fotografías de la obra a exhibir, hay que incluirlas dentro de la entrega de la propuesta que haremos a los comisarios u organizadores de la exhibición. Si no disponemos de ellas, porque es una obra de nueva creación, es muy positivo crear una simulación visual –o audiovisual, si tenemos los recursos para hacerlo– que dé una idea de cuál será el aspecto de la obra terminada. Cada artista tiene su propio talante a la hora de crear estas simulaciones: desde bocetos a mano alzada sobre servilletas de papel, hasta fotomontajes o renders 3D; cualquier técnica es válida siempre que ofrezca una idea aproximada de los resultados finales de la obra.
Para el proyecto Horizon, Playmodes creó una simulación mediante la técnica del fotomontaje y la imagen digital 2D.
Documento de entrega
Todos estos materiales previos (el concepto, los posibles referentes artísticos, los planos de implantación previa, la simulación…) hay que condensarlos en un documento inteligible, coherente y fácil de consultar. Muchas veces, la forma de redactar y presentar este documento hará la diferencia entre un proyecto aprobado o un proyecto cancelado, así que vale la pena ponerle atención, desempolvando nuestras cualidades como redactores y diseñadores gráficos.
Presupuesto
Como documento anexo, se debe incluir en el proyecto un presupuesto detallado que especifique los diferentes aspectos de la producción (honorarios artísticos, materiales, equipos de montaje…). Para aquellos que venimos de una educación artística, no nos es fácil enfrentarnos a presupuestos de este tipo, y cada artista tiene sus propias estrategias. Nuestra recomendación es que intentemos prever las jornadas de trabajo que supondrá la creación de la obra y el número de personas implicadas en la misma y, a partir de aquí, establecer unos honorarios de acuerdo con un salario diario. Si a esto le sumamos los precios del alquiler de los materiales y los espacios, las compras de fungibles y los equipos humanos externos, obtendremos una cifra que representará el coste aproximado de la obra. No hay que olvidar añadir los gastos derivados del transporte, el alojamiento y la manutención, si no es que están incluidos por defecto en el trato con la organización de la muestra.
Por desgracia, la cultura suele estar infrafinanciada y no son pocos los casos en que los artistas pierden dinero y desarrollan su actividad por una pulsión personal («por amor al arte»). Aun así, recomendamos que se valoren dignamente las tareas de creación artística, pues se trata de un ejercicio de responsabilidad colectiva para el que todos debemos trabajar, sin precarizar nuestro trabajo ni sentar precedentes para los que vendrán detrás de nosotros.
Contrato
Una vez se ha entregado el documento a la organización o al comisariado, acaba llegando el momento decisivo. Si nuestra propuesta es aceptada, hay que exigir un contrato de curso legal que especifique los términos y también los derechos y las obligaciones de las partes. Es importante, sobre todo en el territorio de la instalación de gran formato, cubrirse las espaldas en cuanto a cancelaciones por mal tiempo, por brotes pandémicos… Y también definir los papeles de cada parte. Por ejemplo, determinados festivales disponen de equipos de producción técnica que se hacen cargo de montajes, alquileres de materiales, etc., y es necesario determinar cuáles son los nichos de responsabilidad de cada agente implicado en la obra. Cuando nos hayamos puesto de acuerdo en los términos y hayamos firmado el contrato, ¡podremos ponernos a trabajar!